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domingo, 5 de enero de 2025

Las redes de poder y cuestionamientos a Martha Peralta, la senadora guajira defendida por Petro

 


La casta Epieyú en La Guajira significa “los nativos de su propio hogar” y el animal que los identifica es un ave con el pico rojo. Esa familia es protagonista en la historia del departamento que quizás más ha padecido el abandono estatal y la corrupción.

Como en la mayoría de las castas, los Epieyú se dividen en “estratos” sociales. Martha Peralta Epieyú, una abogada de 36 años, no creció en el privilegio de su comunidad, el corregimiento Monguí. Todo lo contrario. Es hija de un afrodescendiente por parte de papá y de una mujer wayú humilde que hacía distintas labores en una ranchería. Es considerada “mestiza”, vista con recelo por algunos por no tener “sangre pura” de los Epieyú. Aún así, tras abrirse paso en los movimientos sociales, hoy es la política más poderosa del departamento y su segundo apellido nunca había tenido tanta visibilidad al convertirse en la primera senadora de esa comunidad.

En contexto: UNGRD: los giros por 1,2 billones que salpican a congresista del Pacto Histórico

 

Peralta Epieyú es, sin duda, la mujer indígena que más lejos ha llegado en la política colombiana, pero también la más cuestionada. Su nombre ya no solo se asocia a ser “nativa de su propio hogar” ni al ave de pico rojo sino también a una maquinaria política con presencia nacional, a entrega de avales cuestionados del Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS) y a contratos de aliados y familiares que han aumentado sus ingresos desde que Gustavo Petro llegó al poder.

La joven abogada ocupó el sexto renglón de la lista “cremallera” –hombre y mujer intercalados– que presentó la coalición del Pacto Histórico en 2022. Rápidamente, se convirtió en una de sus figuras más reconocidas, a la que casi siempre se le ve vestida con sus mantas de colores, conocidas como “wayuushein”, que llegan hasta los pies y un sombrero “uwomü”. Peralta fue coordinadora ponente de la reforma pensional, un proyecto del corazón del Gobierno y también presidió la Comisión Séptima del Senado, en donde se discutió y hundió la reforma a la salud a principios de 2024.

A finales de noviembre del año pasado, el MAIS, partido que dirige, anunció que será su candidata presidencial para competir en las elecciones del 2026. Ese movimiento rechazó la fusión con el Pacto Histórico, pero facilitó la escisión de congresistas avalados por ellos como María José Pizarro, David Racero y Heráclito Landinez. También habían sido avalados los excongresistas Gustavo Bolívar, hoy director del Departamento de Prosperidad Social (DPS) y César Pachón, el líder campesino que perdió su curul por doble militancia y hace poco fue nombrado como director de la Agencia de Desarrollo Rural.

Ser la presidenta del MAIS desde 2017, de hecho, ha sido uno de los factores determinantes del poder de Peralta porque desde antes de llegar al Senado ya recorría el país entregando avales, algunos cuestionados, empezando por los de su tierra. “No importaba qué ideología fuera uno como candidato ni tocaba ser indígena, pero el MAIS servía para aparecer en el tarjetón sin recoger firmas”, le dijo a este diario un excandidato a un municipio que prefiere no revelar su identidad.

La UNGRD y Peralta

Precisamente, el escándalo de corrupción más grande de este Gobierno, el de la Unidad para la Gestión del Riesgo (UNGRD), que empezó en La Guajira, tiene un capítulo aún por conocerse del todo que salpica a la congresista indígena. Varios de sus candidatos avalados en la región que resultaron elegidos, están relacionados con proyectos y contratos cuestionados como las ollas comunitarias y los jagüeyes –depresiones sobre el terreno, que permiten almacenar agua–.

Es el caso de Nera Robles, alcaldesa de Albania, avalada por el partido MAIS y apoyada por Peralta. Por lo menos $20.400 millones destinados para ollas comunitarias de ese municipio se habrían desviado como favor político a Robles. Los contratistas de las ollas fueron seleccionados por Luis Gómez, el gerente para La Guajira nombrado por el Gobierno Petro, quien renunció a finales de 2023. Gómez fue mencionado por el exdirector de la UNGRD, Olmedo López, de ser quien decidía supuestamente para dónde iban los carrotanques y las ollas comunitarias en el departamento.

Sobre los jagüeyes, la misma senadora Peralta aparece en videos agradeciendo a la UNGRD y a López: “Estamos visitando uno a uno los jagüeyes que ha construido la Unidad para la Gestión del Riesgo en Riohacha, La Guajira (...) las maquinarias hicieron su trabajo (...) gracias doctor Olmedo López y gracias Gustavo Petro. Este es el Gobierno de Cambio”, dice la congresista junto a su aliado, el exdiputado Eriberto Ibarra, quien fue candidato a la alcaldía de Riohacha avalado por MAIS.

Pero según reveló la representante Catherine Juvinao (Alianza Verde), habría irregularidades en 16 contratos u órdenes de proveeduría para gestionar 1.626 jagüeyes en cinco municipios de La Guajira: Uribia, Maicao, Riohacha, Manaure y Albania.

En todos esos lugares, Peralta tiene aliados políticos salpicados en escándalos. A los presuntos sobrecostos, la aparente focalización irregular y la falta de ejecución se suma otro hallazgo. Según la congresista, la interventoría encargada de hacerle seguimiento a los 14 de los 16 contratos por valor de $4.664 millones sería una organización fantasma, la empresa Intraffic SAS.

Además, en Uribia, por ejemplo, habría intereses de aliados del presidente Petro, como el senador conservador Carlos Andrés Trujillo, señalado de ser padrino político del actual alcalde Jaime Ruíz Buitrago y del exalcalde Bonifacio Henríquez, también apoyado y coavalado por Peralta.

EL COLOMBIANO reveló que en esa población de la Alta Guajira, azotada por los estragos del invierno, hay otro contrato por $28.000 millones para “realizar la intervención correctiva mediante la construcción de obras de cauce y obras para el control de inundaciones y erosión en el Arroyo Chemerain”. Al lanzamiento de la obra, que más de un año después no ha avanzado, asistieron Olmedo López y el exsubdirector de la UNGRD, Sneyder Pinilla.

Además, la senadora Peralta habría visitado las oficinas del exdirector López el 19 y 21 de septiembre de 2023. Las reuniones cobran relevancia porque en menos de un mes, la UNGRD contrató a Carmen Domitila Iguarán Suárez. Se trata de una funcionaria aliada de Peralta, según fotografías y documentos revelados por el periodista Yohir Akerman en la revista Cambio.

Según fuentes de la entidad, Peralta le habría pedido a López contratar a Iguarán en ese rol. De hecho, la funcionaria fue mencionada por el exsubdirector Sneyder Pinilla en la matriz de colaboración en la Fiscalía. Iguarán tenía a su cargo un contrato para realizar “actividades administrativas, de planeación estratégica y consolidación de información”, cuya ejecución coincidiría con las fechas en las que se habrían gestado los escándalos de los carrotanques y los jagüeyes inexistentes en La Guajira.

La empresa del concuñado

Pero hay más. EL COLOMBIANO investigó y encontró que la empresa MC&I Americas SAS, cuyo representante legal es Carlos Enrique Herazo de la Barrera, concuñado de Peralta, ha incrementado sus ingresos considerablemente desde el inicio de este Gobierno con contratos en distintas entidades a nivel local y nacional. La empresa nació en 2020, según registro mercantil, tiene sede en Barranquilla y se dedica a la energía solar, lo que incluye paneles y otros servicios e insumos de ingeniería.

“Ese vínculo es algo que ella no quiere que se sepa porque familiares han dicho que por ahí la pueden joder (sic), pero esa empresa contrata a través de consorcios, lo que dificulta su rastreo”, le dijo a este diario una fuente enterada.

Uno de los contratos de esa empresa, en poder de este diario, fue en 2024 por más de $800 millones para construir paneles solares junto a la Alianza Pública para el Desarrollo Integral “AlDesarrollo”, que es “una entidad descentralizada indirecta, de naturaleza pública, sin ánimo de lucro”, dirigida por Omar Enrique Flórez, un polémico administrador de empresas, que habría recibido a dedo un contrato por $10.000 millones de la Cancillería y otro, a través de una alianza llamada “Red Summa” en la que ganó un contrato cuestionado con la Procuraduría por $9.000 millones.

Este diario intentó comunicarse con la empresa MC&I Americas SAS y su representante Carlos Herazo, pero al cierre de esta edición no obtuvimos respuesta.

Hospitales, cuotas y demanda

La maquinaria política de Peralta está aceitada con cuotas de funcionarios en alcaldías y entidades regionales y nacionales. Entre ellas, el Ministerio de Salud, un sector que no le es ajeno pues su esposo Manuel Julián Molina es médico y su suegro Juan Jacobo Molina, fue secretario de Salud de Barranquilla.

De hecho, una demanda que cursa en el Consejo de Estado por pérdida de investidura señala que su esposo constituyó la empresa Farmacia 13 de Mayo S.A.S. en 2021 con sede en Zona Bananera (Magdalena) y que Peralta, al haber sido ponente de la reforma a la salud, debió declararse impedida. Y es en ese municipio en donde se ejecuta el contrato de su concuñado a través de la empresa MC&I Americas SAS con “Aldesarrollo”.

Otro de los argumentos de la demanda, presentada por el congresista del Centro Democrático, Gabriel Vallejo, es que supuestamente hubo financiación por la cuestionada Sociedad Aérea de Ibagué S.A.S. (Sadi), según indicios que reposan en el Consejo Nacional Electoral, para la campaña al Congreso de Peralta Epieyú, con un aporte que recibió mediante un crédito por casi 61 millones de pesos. La congresista ha negado recibir financiación de Sadi y ha dicho que la creación de esa empresa de su esposo no representa conflicto de interés alguno.

El caso es que además de las cuotas políticas en el MinSalud, Peralta ha sido cuestionada por su cercanía con el contratista del Hospital San Lucas en el municipio El Molino. Según Cambio, hay embolatados más de $7.000 millones por retrasos en las obras de ese centro de salud.

Además, un congresista de la región que prefiere no revelar su identidad, le dijo a este diario que Peralta también tiene injerencia en el Hospital San José de Maicao, que era de dominio de otros políticos tradicionales de la región.

“Las EPS indígenas buscaban contacto con la exministra Carolina Corcho a través de ella y actualmente mantiene bastante cercanía con Guillermo Alfonso Jaramillo”, dice el representante.

Pero su poder burocrático llega a más entidades. Según varias fuentes, desde que Petro llegó al poder, Peralta mantendría cuotas en la Corporación Autónoma Regional de La Guajira (Corpoguajira) y en el ICBF de ese departamento. Incluso, tiene alcance nacional en cajas de compensación en Pasto, al otro extremo del país, y en otros departamentos del Caribe.

“Varias entidades del Estado pasaron de ser del senador Alfredo Deluque a ella, tiene fichas en Invias, Sena e ICBF”, agrega la fuente.



Sobre la congresista indígena hubo una polémica reciente porque se conocieron fotografías de un lujoso viaje a París con su esposo en el que usa ropa y accesorios de marcas costosas. Más allá de la crítica por no usar su atuendo usual, de ese episodio quedó claro que el presidente Gustavo Petro la defiende a ultranza pues dijo en la red social X que se trataba de “un intento de homicidio contra una senadora: le piden que use una manta Wayúu hecha para los calores intensos de La Guajira en un gélido París de enero. Es como si un ignorante parisino se llevara puesto su ‘manteau’ en Maicao”.

Pero EL COLOMBIANO conoció que en Presidencia, en el círculo cercano al presidente Petro y algunas figuras del Pacto Histórico, no quieren del todo a Peralta por tantos cuestionamientos y eso se ha visto reflejado en su ausencia en varios eventos recientes organizados por el Gobierno en La Guajira.

Este diario le envió un cuestionario a la senadora para incluir su versión en esta historia, pero una vez recibió las preguntas, dejó de responder los mensajes.

Via EL COLOMBIANO

 

 


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