Alrededor de nueve personas han estado
involucradas en los recientes sucesos violentos presentados en todo el
territorio peninsular.
Tan solo una semana en La Guajira se han presentado múltiples
hechos violentos que enlutan a varias familias. Riohacha, uno de los 15
municipios que lo componen, lidera la lista de localidades con mayor
índice de inseguridad en lo corrido del mes de mayo.
A la fecha, en ataque por arma de fuego, han perdido la vida,
cuatro personas, identificadas como Juan Pablo Mendoza Beltrán,
de 21 años de edad; Ulmides José Cotes Pana, de 24 años; Jhon Alex Cantillo Carrillo, de 16, y Waldron Shillingrord, de 39, todos asesinados en hechos
aislados entre el 2 y 4 de mayo.
Por accidente de tránsito en lo corrido del mes una persona ha
fallecido en La Guajira. La víctima mortal es Edwin Bolívar Díaz, de
33 años, mientras tanto por esta misma circunstancia alrededor de cuatro
personas más han resultado heridas en varios sectores del departamento.
Además, las autoridades han reportado el hallazgo de un cadáver
en zona rural de Uribía. Aún no se sabe de quién se trata. El cuerpo permanece
en las instalaciones de Medicina Legal.
Tal parece que mayo ha arrancado con ‘pie izquierdo’ en la
península, puesto que un total de nueve personas se han visto involucradas en
sucesos violentos que les han costado la vida y otros están heridos recibiendo
atención médica en centros asistenciales.
El primer hecho se registró el pasado 2
de mayo, cuando Waldron Shillingrord, de 39 años, oriundo de República Dominicana, fue encontrado boca abajo y con una herida de arma de fuego
a la altura de la cabeza sobre el kilómetro 4, cerca de la comunidad indígena
wayuu denominada Monte Verde, en la vía que comunica a Riohacha con Valledupar,
donde pobladores del territorio ancestral le informaron a uniformados sobre la
presencia de un cuerpo sin vida.

El sábado 3 de mayo, Jhon Alex Cantillo Carrillo, de 16 años, se
convirtió en la segunda persona en morir atacado a balazos en el departamento.
Fue alcanzado por un impacto mientras estaba sentado en un establecimiento
comercial en compañía de amigos.
El suceso ocurrió en la tarde de la fecha antes mencionada, en
el barrio Majayura, etapa I, específicamente en la
calle 14H Bis, dentro de una tienda que lleva el mismo nombre del sector residencial.
Mientras tanto, ese mismo día se presentaron varios
acontecimientos negativos en la península. Estos se desarrollaron en diferentes
tramos viales donde lamentablemente se conoció el deceso de Edwin Bolívar Díaz,
de 33 años de edad, conocido cariñosamente como ‘Cosito’, residente en el
barrio 15 de Febrero en Hatonuevo, quien no resistió al fuerte golpe que
recibió luego que se volcara el vehículo donde viajaba.

En este mismo siniestro resultó
lesionada Carolina Ortiz, que fue auxiliada por la comunidad y trasladada
a las instalaciones del Hospital San José, ubicado en Maicao, y un hombre de
quien se desconoce su identidad.
El siniestro se presentó sobre el kilómetro 88, jurisdicción del
municipio fronterizo, donde al parecer, el automóvil, marca Mazda de color
rojo, se salió de la carretera, posterior a esto, su conductor Bolívar Díaz,
salió disparado del vehículo, chocando contra un árbol y quedando sin signos
vitales en el lugar.
Por otro lado, en la Troncal del Caribe, Santiago Sarat Martínez, quien iba a bordo de una
motocicleta, marca Yamaha, de color negro, al parecer, perdió el equilibrio del
vehículo luego de intentar esquivar a un canino, presentando heridas. Por este
motivo fue llevado hasta un centro asistencial de Riohacha. Testigos aseguran
que el joven quedó debajo de un bus intermunicipal, y por fortuna, no murió en
el accidente.
El 4 de mayo, no pasó desapercibido, pues en la mañana de ese
domingo, habitantes de las comunidades indígenas wayuu de Tahain y Garerapu, zona
rural de Uribía, reportaron el hallazgo de un cuerpo sin vida en su territorio.
Donde aparentemente, fue hallado en la vía que comunica al
municipio con la Alta Guajira un cadáver en estado de
descomposición. La comunidad afirmó que se dieron cuenta de la
macabra escena al percibir un olor fétido. Los restos mortales permanecieron
por más de 10 horas en el lugar, después una comisión del Ejército y la Policía
lo retiraron. Hasta el momento se desconoce la identidad de la víctima mortal.
En la noche de ese mismo día, nuevamente Riohacha fue escenario
de crimines. El primer suceso se registró alrededor de las 8:20 p.m. con el
fallecimiento de Ulmides José Cotes Pana, de 24 años de edad.
Según las autoridades, sujetos armados llegaron hasta la calle
29 con carrera 17 del barrio las Tunas, y en plena vía pública accionan en
repetidas oportunidades un arma contra Cotes Pana, quien perdió la vida de
manera instantánea en el sitio.
“Al parecer, el hoy occiso se hallaba consumiendo
estupefacientes, al momento llegan dos particulares vestidos de negro con casco
en una motocicleta negra y le propinan varios disparos” informó una fuente.
Por último, en un sitio de comidas rápidas, Juan Pablo Mendoza
Beltrán, de 21 años de edad, murió. Estaba en compañía de siete personas más,
entre ellas Engerberth José González Luche, de 23 años, que resultó herido y
fue trasladado de inmediato a un centro asistencial de la capital de La
Guajira.
El hecho violento se presentó en la carrera 4 con calle
23A del Distrito, donde varias personas llamaron a la línea de emergencia
informando a las autoridades de un ataque a mano armada.
El cuerpo de Mendoza Beltrán yacía en el suelo en medio de un
charco de sangre. Habría intentado correr, pero los disparos de los sicarios lo
alcanzaron hasta cegarle la vida.
Todo esto sumado a la circulación de un panfleto en Riohacha,
donde un grupo al margen de la ley, identificado como las Autodefensas
Conquistadores de la Sierra Nevada, informan a la población del inicio de un
“Plan Pistola”.
El comunicado expresa que “empanzará un derramamiento de sangre”
debido a los recientes sucesos donde perdieron la vida varios jóvenes en la
ciudad capital, refiriéndose a los casos relatados del 4 de mayo de la presente
vigencia.
Por lo anterior, la ciudadanía guajira enfrenta una creciente
preocupación por los recientes hechos de violencia y accidentes que han dejado
víctimas mortales y heridos, generando alarma entre sus habitantes.
La comunidad ha expresado su preocupación por la falta de
seguridad y la necesidad de medidas efectivas para garantizar la tranquilidad y
el bienestar de la población.
“Se requiere una respuesta integral que incluya el
fortalecimiento de la presencia institucional, la atención a las víctimas y el
fomento de la convivencia pacífica en la región”, es el clamor general de
moradores del territorio.
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