Unos $100 mil millones no ingresaron a Valledupar por el aplazamiento del legendario certamen, según la Cámara de Comercio de la ciudad.
Durante los últimos 52 años se realizó de manera ininterrumpida el Festival de la Leyenda Vallenata, certamen cultural en el que se citan los mejores acordeoneros, verseadores y compositores del país. Sin embargo, la cita este año no se cumplió a causa de la pandemia del coronavirus, lo cual llevó a sus organizadores a postergar la edición 53 en homenaje a Jorge Oñate y a silenciar las notas de los acordeones que a lo largo de esta semana sonaban por la capital cesarense y sus alrededores
El presidente de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata, Rodolfo Molina, en diálogo con EL HERALDO contó que los amantes de este folclor están invadidos por un aire de nostalgia.
“Sentimos una profunda tristeza ya que nuestra fundación tenía todo adelantado, estuvimos incluso con el presidente dialogando en la Casa de Nariño, pero luego de las directrices impartidas a raíz de esta pandemia, debimos aplazar nuestro festival que este año desarrollaría sus concursos en Valledupar, La Paz, (Cesar) que acogería a los acordeoneros aficionados, y en el corregimiento de Patillal (Valledupar), donde se realizaría la Canción Inédita”, indicó Molina.
Al no desarrollarse la fiesta de acordeón más grande del mundo, el impacto económico es fuerte. Los estudios adelantados por la Cámara de Comercio de Valledupar junto a la Universidad del Área Andina muestran que el Festival durante los cinco días de actividades mueve entre 95 a 100 mil millones de pesos.
“No se tiene un dato preciso, debido a que hay mucha venta informal. Sabemos que nos visitan alrededor de 120 a 150 mil personas y que los sectores más beneficiados son el hotelero, gastronómico, de bebidas alcohólicas y los empresarios que realizan espectáculos públicos”, precisó Molina, quien agregó que “la realización del Festival” les cuesta “entre 12 y 15 mil millones de pesos”. “Eso incluye contratación de meseros, personal de producción (200 personas), logística (480), arriendo de silletería, alquiler del parque, artistas internacionales, entre otros costos”.
Para el homenajeado Jorge Oñate, quien se encuentra confi nado en su casa en La Paz (Cesar), recuperándose del cateterismo que le realizaron tras presentar complicaciones cardiacas, este virus lo que ha hecho es aplazar muchas emociones. “La espera valdrá la pena, porque la fi esta ahora será mucho más efusiva, estoy lleno de nostalgia por ser el homenajeado, debido a que llevaba años esperando esto, pero el tiempo de Dios es perfecto, esto no está cancelado, sino postergado. Mientras tanto seguiré poniéndome en forma con los cuidados de mi esposa Nancy y mi hijo Jorge Luis, que me acompañan en estos días duros para todos”.
El Jilguero de América reveló que entre las actividades programadas para esta edición iba a inaugurar su casa museo, la cual estará ubicada en la vivienda de su madre Delfi na Oñate. “El año pasado fui a México y tras conocer la casa museo de José Alfredo Jiménez, en Hidalgo, allí palpé su grandeza, sus trofeos y reconocimientos. Yo también tengo muchos y quiero que mis seguidores puedan ver parte de mi historia musical que suma más de 55 años. Estamos en esa misión en cabeza de mi señora, estos días nos han servido para revisar fotos, videos, artículos que me han escrito y buscando todos los trofeos que presentaremos cuando se inaugure, esperaré a mis seguidores para poder abrazarlos de nuevo”.
“Hoy más que nunca se siente la ausencia sentimental (...) Todo se sale de las manos debido a la pandemia, no hay otra alternativa”.
Un himno que encaja perfecto
El cantautor y abogado Rafael Manjarrez, creador de Ausencia sentimental, tema que hace 10 años fue declarado himno del Festival de la Leyenda Vallenata, manifestó que ahora cada estrofa de esa composición le parece premonitoria.
“Yo había experimentado esta sensación cuando era estudiante de Derecho en Bogotá hace 34 años, algo que me permitió escribir el tema al no poder asistir al Festival Vallenato. Ahora de nuevo me invade la nostalgia, tengo esa añoranza de encontrarme con mis amigos del folclor. Este año estaba contratado para cinco eventos ligados al festival como cantautor y todos se cancelaron, es un momento que afecta nuestra economía”.
Su tema, que originalmente fue interpretado por Silvio Britto, acaba de ser grabado por nueve artistas, algo que mantiene feliz al artista guajiro. “Soy amigo de las versiones originales, pero al ver que en esta participaron importantes figuras del folclor como Iván Villazón, Beto Zabaleta, Silvio Britto, Ivo Díaz, Jean Carlos Centeno, entre otros, me ha emocionado mucho”.
“El que nunca ha estado ausente no ha sufrío guayabo/ hay cosas que hasta que no se viven no se saben/ creo escuchar en el aire un paseo bien tocado/ deliro esperando que alguien me llame del Valle/ retrato al mono Fragoso verseando con alguien/ cuanto se añora la fiesta de Castro Monsalvo”, reza en una de las estrofas de este bello paseo que ahora hacen eco profundo en el alma de los amantes de este folclor.
“Hoy más que nunca se siente la ausencia sentimental, esa que experimenté cuando concebí la canción por lo que viví en Bogotá. Todo se sale de las manos debido a la pandemia, no hay otra alternativa, nos toca quedarnos en casa.
Una ardua preparación
Uno de los acordeoneros que desde 1998 busca la corona en la categoría profesional es el cartagenero Manuel Vega, quien ha disputado nueve fina les y cada año fortalece su preparación. “Desde septiembre venía ajustando detalles con el cajero Javier Bolaños y Luis Suárez en la guacharaca, con quienes llegué a la final el año pasado. El Festival y el folclor hacen parte de mi vida, siento una nostalgia grande por no poder sentir esa fi esta bonita, esa i n t e g r a c i ó n cultural, vivir esa adrenalina que encierra la competencia, es como si a uno le quitaran un pedazo del alma”, expresó Vega, quien fue Rey Aficionado en 1993 y ostenta el récord de mayor número de festivales ganados en Colombia, tanto sabaneros como vallenatos. Él dice no recordar la cantidad de títulos.
A su turno Álvaro López, Rey Vallenato 1992 y ganador de la edición Rey de Reyes 2017, también expresó lo duro que es esta época sin Festival.
“La espera valdrá la pena, porque la fiesta ahora será mucho más efusiva. Tengo nostalgia, llevaba años esperando este homenaje”.
“Se enguayaba uno, le da mucha tristeza que un certamen como este quede silenciado por este virus. Uno desde marzo iniciaba la preparación, cada aire le dedicaba uno dos semanas para llegar bien preparado y en los días festivaleros vivía uno alegre. La última vez que participé fue muy emocionante, no lo quería hacer, pero mis hijos me animaron y logré entrar a la historia de los grandes”.
Tres veces se había aplazado
El historiador e investigador cultural Celso Guerra Gutiérrez se refirió a las ocasiones en que tambaleó la realización de esta contienda. “El Festival Vallenato históricamente ha tenido varios enemigos, pero el coronavirus ha sido letal. Hubo tres ocasiones en las que se debió postergar de su fecha original (abril). La primera vez que ocurrió este hecho fue en 1970, para esa fecha el pueblo colombiano concurrió a elecciones presidenciales, siendo elegido Misael Pastrana. Ese año el festival se realizó en junio y el rey fue Calixto Ochoa. L a s e g u n d a postergación ocurrió cuatro años después, el festival se realizó en mayo de 1974, la razón fue la misma, elección presidencial que ganó López Michelsen . Esa vez Alfredo Gutiérrez obtuvo la primera de sus tres coronas con su puya Rebelde”.
Guerra agregó que la tercera vez que la fecha se modificó fue en 1983, por el terremoto que devastó a Popayán que dejó cientos de muertos, este hecho llevó a las directivas a solidarizarse con el pueblo caucano y realizar el festival en junio, saliendo ganador Julio Rojas.
Vía @elheraldoco
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