Nueve personas han muerto y decenas han sido hospitalizadas después de comer carne de tortuga marina, una práctica ilegal en varios países. |
Ocho niños y una
mujer han muerto en la isla de Pemba, que forma parte del archipiélado
de Zanzíbar, en Tanzania, mientras que otras 78 personas han sido
hospitalizadas tras comer carne de tortuga marina. El consumo de esta carne es considerado un manjar en Zanzíbar a
pesar de los riesgos para la salud humana que ello conlleva.
Este suceso no se trata de un
caso aislado en Tanzania. En noviembre de 2021, siete personas murieron después
de comer carne de tortuga venenosa en la misma zona. En marzo de ese mismo año
ocurrió en Madagascar, donde 19 personas murieron por su consumo.
En otros países, aunque en
escasos de ellos, su consumo es habitual. Es el caso de China. En
Singapur, la sopa de tortuga está
considerado un manjar donde la carne,
la piel y las vísceras de la propia tortuga se usan en su elaboración.
En Nicaragua es común el consumo
de huevos de tortuga. Asimismo, destaca su consumo durante la Cuaresma en el noroeste de Colombia
a pesar de que en el año 2009, el gobierno colombiano aprobó una ley que
convertía la compraventa y el tráfico de animales salvajes, tortugas incluidas,
en un delito penal castigado con penas de cárcel o multas de casi 9.000 euros.
El consumo de este tipo de
reptiles está muy restringido a
nivel mundial y no es habitual en países europeos. Las tortugas
marinas se encuentran amenazadas por la contaminación de los océanos, la pesca,
el cambio climático y el comercio ilegal de sus caparazones. En total, seis de
las siete especies marinas de estos reptiles se encuentran en peligro de
extinción.
Según un estudio, publicado en la
revista 'International Journal of Food Microbiology', su ingesta puede generar
problemas de salud y derivar en enfermedades como triquinosis, pentastomiasis,
gnathostomiasis.
¿Qué es el
quelonitoxismo?
Su consumo ha sido asociado a una
intoxicación llamada quelonitoxismo,
que en ocasiones puede ser mortal. Se trata de una forma de intoxicación
alimentaria causada por el consumo de carne de tortuga marina contaminada con
quelonitoxinas, que no afectan al animal, pero sí a las personas.
Entre los problemas que puede
producir se encuentran síntomas
gastrointestinales, seguidos de toxicidad neurológica, hepática y renal,
hasta el punto de que puede provocar la muerte.
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