Jimmy
Boscan Torres, es el hombre que une a los guajiros. Su sangre es indígena. Sus
raíces son afrodescendientes, pero también tiene un linaje arijuna. Es un
abogado con una proyección social, convencido que su península requiere mucho
desarrollo, pero fundamentado en la equidad social. Eso es, precisamente lo que
propone en sus largas caminatas por cada rincón de este territorio, en donde
llega a saludar a la gente del común, a los dirigentes tradicionales, a los
grandes caciques, al ciudadano trabajador. Es un hombre de estirpe incluyente.
El
fin de semana cuando llegó a Albania, fue ovacionado por cientos de personas
que le han escuchado sus sabias palabras en cada una de sus intervenciones. Con
él hablaron de la crisis, la corrupción, la exclusión social, la desigualdad
creciente; pero también se encaró el futuro esperanzador que él proyecta para
sacar a su departamento del terrible atolladero en que se encuentra.
En
Albania se unió a la campaña de Nera Robles, la candidata wayuu que viene
sumando cada día respaldos de todos los conglomerados de esta tierra bañada por
riquezas naturales, como el carbón que le aporta muchos recursos por regalías,
que se podrían invertir de una manera más equitativa, para beneficiar a todos
los ciudadanos.
Jimmy
y Nera, forman una excelente pareja política con olor y sabor a pueblo. Los dos
manejan los mismos códigos: servir, sin mirar a quien. Por eso se brindaron
respaldo mutuo. Nera será candidata por el partido Mais, mientras que Jimmy,
espera que una encuesta lo convierta en el candidato único de una Alianza de
varios sectores, en donde el aval será conservador.
El
hijo de Jaime Boscan, ha logrado concitar a todos los sectores sociales de La
Guajira. Su discurso es profundo. Pragmático, sin rebusques verbales, solo
fundamentado en lo que se debe hacer para que la región salga del atraso
ancestral que arrastra y lo han llevado a uno de los últimos lugares del
ranking de los departamentos colombianos.
Jimmy
parece ser la clave para sortear el mal momento que vive la tierra de las
grandes riquezas minerales, dueña del carbón, el gas, de 407 kilómetros de
playa, de una majestuosa Sierra Nevada, de siete ríos que manan agua cristalina
permanente, de una avasallador desierto que nos provee energías alternativas,
de una gente maravillosa que merece mejor suerte, de un folclor vernáculo en
donde nacen las mejores piezas musicales que adornan la música de acordeón, es
la tierra de Francisco El Hombre, del ‘Negro’ Robles, del Almirante Padilla, de
los abuelos del Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, la dueña del
carbón, que lógicamente, merece un administrador de la talla de este joven de
casta guajira.
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