AFP. Equipos reducidos y aislados los unos de los otros,
máscaras indispensables, ruedas de prensa virtuales… la Fórmula 1 se reúne
desde el viernes en Austria en su primer gran premio de 2020 y de la era del
coronavirus, con un resultado deportivo y de desarrollo inciertos.
Entre las primeras grandes competiciones internacionales
en reanudarse, la categoría reina del deporte del automóvil se sabe escrutada.
Ha intentado no dejar nada al azar editando un código de
conducta al que deben adherirse todos los que tengan acceso al Red Bull Ring,
en las montañas de Estiria, en el centro del país, este fin de semana y el
siguiente, en un segundo gran premio.
No existe una seguridad del estado de las escuderías.
Mercedes dominó los ensayos de invierno en febrero, delante de Red Bull, y
después Ferrari y el resto.
Pero el sábado en las calificaciones se sabrá el estado
de cada uno.
Algunas escuderías, como Mercedes, Red Bull o Renault
harán rodar sus autos evolucionados, mientras que Ferrari esperará al tercer
gran premio, en Hungría, dentro de dos semanas.
El formato inédito de esta temporada aporta también su
lote de sorpresas potenciales.
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