AFP. En todo el país, los desfiles han sido cancelados, las
bulliciosas barbacoas en los jardines de las casas se redujeron y las reuniones
familiares se han pospuesto en medio de la preocupación por los viajes en avión
y por la propagación del virus.
Algunos eventos se realizan de forma virtual, mientras
estados y ciudades se enfrentan a un nuevo aumento del coronavirus, y aplican
una mezcla de amonestaciones y prohibiciones.
El número de muertes por el coronavirus en Estados Unidos se
acerca rápidamente a 130.000, aproximadamente un cuarto del total mundial.
Se estima que este año se canceló el 80% de los eventos.
Normalmente el momento culminante son los espectáculos de fuegos artificiales,
que suelen reunir a miles de personas. Algunos locales están pidiendo a las
personas que vean los fuegos artificiales desde sus coches.
En todo caso, la guerra comercial de Estados Unidos con
China ha dificultado más de lo habitual la adquisición de pirotecnia.
Mientras que las autoridades de ciudades y estados aplican
prohibiciones para evitar la propagación del virus, algunos estadounidenses
disfrutan en sus jardines como si la pandemia fuera una cosa del pasado.
Fiel al mensaje que ha estado repitiendo durante varios
días, el presidente Donald Trump ignoró el sábado el nuevo brote de contagio
que ha alarmado a las autoridades sanitarias.
"Hemos sido golpeados por este terrible flagelo de
China y ahora estamos a punto de salir de él", dijo en un mensaje de vídeo
al mediodía. "Nuestro país ha vuelto, las cifras de empleo son
espectaculares", insistió.
Aunque en los discursos presidenciales del 4 de julio se
suele ensalzar el patriotismo y la unidad nacional, Trump arremetió contra las
manifestaciones contra el racismo que se desataron por la muerte del
afroestadounidesne George Floyd a manos de la policía.
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